El Impacto de los Dispositivos Móviles en la Salud: Una Mirada desde la Infancia hasta la Adultez
En la era digital, los dispositivos móviles se han convertido en herramientas omnipresentes en nuestras vidas. Aunque ofrecen múltiples beneficios, su uso excesivo (especialmente en edades tempranas y durante la noche) puede tener consecuencias significativas en la salud visual y el descanso. Existen tres aspectos clave de esta problemática.
Uso de dispositivos móviles en edades tempranas (menores de 8 años)
El uso de pantallas en la primera infancia ha generado preocupación entre pediatras, educadores y organismos internacionales. Según UNICEF, los niños menores de 6 años no deberían estar expuestos a pantallas sin supervisión, ya que su cerebro aún no está preparado para autorregular el consumo digital. El uso excesivo puede afectar el desarrollo de habilidades sociales, cognitivas y emocionales, además de reducir la empatía y la capacidad de atención.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los menores de 2 años no usen pantallas, y que los de 2 a 4 años no excedan una hora diaria. Durante el tiempo frente a la pantalla, los niños dejan de realizar actividades fundamentales como el juego libre, la interacción con otros niños y el contacto con la naturaleza, lo que limita su desarrollo integral.
Problemas visuales en niños y adultos: Comparación con hace 20 años
Hace dos décadas, los problemas visuales más comunes eran genéticos o relacionados con el entorno físico. Hoy, el uso intensivo de pantallas ha cambiado radicalmente este panorama. La American Academy of Ophthalmology advierte que el tiempo prolongado frente a dispositivos electrónicos puede causar fatiga visual digital, ojo seco, visión borrosa y dolores de cabeza. Aunque la luz azul no ha demostrado causar daño permanente a la retina, sí interfiere con el confort visual y el sueño.
En niños, el aumento de la miopía infantil está directamente relacionado con el uso de pantallas y la falta de exposición a la luz natural. Estudios recientes muestran que pasar más tiempo al aire libre puede ralentizar el avance de la miopía. Además, el uso excesivo de pantallas se ha vinculado con trastornos de atención y obesidad infantil.
Trastornos del sueño por el uso nocturno de dispositivos móviles
l uso de dispositivos móviles antes de dormir puede alterar significativamente el ciclo del sueño. La Secretaría de Salud de México advierte que la exposición prolongada a pantallas reduce la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño, y aumenta los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Esto impide conciliar el sueño adecuadamente y afecta la calidad del descanso.
Los expertos recomiendan evitar el uso de pantallas al menos dos horas antes de dormir, establecer rutinas de descanso y mantener condiciones óptimas en la habitación (temperatura, luz, ruido). Dormir mal no solo afecta el rendimiento diario, sino que también se asocia con enfermedades como obesidad, problemas cardiovasculares y alteraciones del sistema inmune.
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